Ha cambiado el hombre, ha mutado. El cambio es patológico
La siguiente nota es producto de un debate sobre la realidad, en el medio de una reunión. El protagonista es Alfonso B. Ippoliti. Los demás asistentes a la reunión oficiamos de colaboradores para que el entrevistado desarrolle su pensamiento. La existencia, la tecnología, la educación, Barak Obama, la agresión cotidiana, son algunos de los temas que se tratan.
Alfonso. B. Ippoliti. A.I Ha cambiado el ser, ha cambiado el hombre, ha mutado, este es otro hombre. Es un hombre que se mueve más como efecto reflexiológico…
Revista La Vena-…por eso mismo, no cree que esta putrefacto el tejido social?
No, no está cambiando. Yo percibo un cambio. Yo creo que el cambio es patológico. Sin dudas,es patológico…
… a usted cree que estamos enfermos…
Sí. Es patológico a la luz del modelo previo. Ojo, hago esta salvedad, porque ignoro el modelo de civilización que viene.
L.V-¿Será patológico por la tecnificación de la vida ? Si el modernismo sirve como herramienta, bienvenido sea…
A.I-Lo tecnológico es un elemento externo del manejo cotidiano. Me refiero a nuestra interioridad. Cuento una anécdota en 3 actos que puede ilustrar lo que pienso.
La situación es en una escuela secundaria. Yo estoy atendiendo un buffet en una escuela secundaria – vivo de eso – y se acerca un alumno de 18 años con auriculares en ambas orejas.
1º acto. Me dice “déme una tortita”. Le pregunto: qué? … y no sabe que le estoy preguntando qué. Me quedo quieto y entonces reacciona.
2º acto. Se saca un auricular y me dice: “déme una tortita”. Le vuelvo a decir no te entiendo?
3º acto. Le vuelvo a decir qué y se saca el otro auricular y me repite “déme una tortita” Cuando se saca la otra le digo: por qué te aislás? Por qué te vas del mundo?. ¿Qué necesidad tenés de irte del mundo…por qué no te comunicas…por qué no te detenés? Tu alrededor esta y pasan cosas…qué necesidad tenés de irte? Bueno, esta anécdota me permite decir: parece…parece que los jóvenes, necesitan aislarse porque están agredidos. Yo creo que es excesiva la agresión del cambio, en la música, la moda, la banda, de parte de los padres, en fin, de la sociedad en su conjunto.
L.V-…lo que sucede es que no existe el contacto solidario entre los seres humanos…
…pero eso es una utopía…
…falta solidaridad en el mundo. Por ejemplo, la educación de niños con capacidades especiales, no requiere de la tecnología, por qué sin una comunicación humana, sería imposible generar algún cambio…es maravilloso trabajar en la educación especial…
…tu reflexión me da la razón sobre la particularidad del elemento que estamos analizando. Tal vez los verdaderos humanos sean los “niños especiales”. Sin embargo, ser un número puede ser muy lindo y necesario cuando uno está por sacar un crédito. Lamentablemente la civilización nos ha reducido a un número. Pero la realización personal, está afuera de ser un número. Cuando hay mucha presión social para ingresar al medio, al mercado, el que no entra queda afuera. Y el que se queda afuera deja de ser. Como que la existencia está en la “sistere-ex”, la vieja premisa aristotélica, “ser fuera de su causa” , estuviera en la cibernética. ¡¡ Ni en la cibernética, ni en la tecnología carajo, el ser esta en el hombre. Está en el ser humano.!! Y cuando dejemos de ser hombres empezaremos a ser cibernéticos. Me parece que la señora da en el clavo con este ejemplo de la educación de los niños con capacidades especiales.
L.V-…cuando tanto gobernantes como funcionarios se la pasan humillando a los maestros se termina todo,…también está en crisis la familia…
Cuidado con el concepto de familia. Ahora hay hijos que están a cargo de un progenitor, de los abuelos, tíos, el Estado, etc.
Usted estima que hay algún punto que corrompió y contamino la escuela, a través de los funcionarios o cierta Psicología permisiva? desde los tacos altos hasta la vestimenta y que la forma y la presentación del docente paso a un segundo plano. O sea que la forma es muy importante. Mmmm. No estoy tan convencido. Soy un poco pesismista. Veremos los tiempos que vienen.
Publicado en La Vena N° 40 – Febrero 2009