hay ángeles en las plazas jugando en toboganes de agua,
los peces verdes se divierten también
camuflandose de palmeras y de pastos entre los jardines,
se ríen de su ingenio al disfrazarse,
son tan tiernos corriendo e inventando
¡vuelan con alas ahora son blancos!
¡líquidos danzan junto a su apofántico aleteo!
este bosque, como un río, se transforma
y todos nadan con sus cantos libres
transmigran sin espanto miren
¡peces flotan como lluvia detenida en el aire!
por allá, un violín, desprende de sus maderas
espesos colores como maneras de iris arcos gestar
la música es una textura del aire manifestando
íntimos movimientos en busca de viento,
lo natural es la perfecta imaginación de los dioses,
escultura que respira sus sagrados pálpitos,
como en esta selva
de arroyos suspendidos a medio camino del cielo
para disfrute del ojo
que ha aprendido a desconfiar del mundo.