La Vena-( L.V) En Mendoza, la CULTURA DEL ÁRBOL… ¿Existe, o es una frase más que nos hemos acostumbrado a escuchar, y hasta nos la creemos?
Teresita Capezzone- (T.C) Y quisiera saber…
L.V -¿Por qué la saña con el árbol del patrimonio público?
T.C -En mis recorridos por el departamento de Maipú, como inspectora Ad honorem de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Provincia, veo como se tala, poda, quema o hiere a los árboles incumpliendo la ley provincial 7874 y las ley nacional 13273, principalmente de parte del propio vecino frentista, el supuesto guardián y protector del árbol que vive en la puerta de su casa; ese mismo árbol que sustenta la calidad de vida de los mendocinos; ese mismo árbol que nos da múltiples servicios ambientales y que nos permite tener el privilegio de vivir en una “ciudad bosque “. Se puede dar una larga lista de las bondades y beneficios que nos trae un arbolado sano y numeroso, pero son las mismas cosas que nos enseñaron en la escuela primaria, y que en algún momento olvidamos o des creímos.
L.V -Sigo preguntándome… ¿Por qué alguien daña un árbol del patrimonio público con consecuencias funestas para sus hijos, nietos y vecinos?
T.C-Tristemente el departamento de Maipú ostenta el título de ser una de las comunas ( si es que no la más) que más maltrato da a su arbolado. Pero aquí no hay inocentes, gobierno, municipio, irrigación, vialidad, empresas de servicios y todos los vecinos tenemos la hermosa e indelegable tarea de cuidar, proteger y reponer el arbolado, honrando a los visionarios como Carlos Thays, Emilio Coni y Emilio Civit, que hace tantos años supieron encontrar la salud y calidad de vida para los mendocinos a través de la plantación de árboles, e increíblemente esto sigue siendo una de las pocas soluciones económicas y factible para amortiguar las consecuencias del cambio climático, la contaminación del aire, del agua y tantos otros problemas ambientales que se ciernen sobre nosotros con oscuros pronósticos…
…por mi parte, seguiré buscando respuestas a ver si de esa manera encuentro aún más argumentos para convencer a los mendocinos de la necesidad imperiosa y urgente de amar con todo el corazón a nuestros árboles, como lo hicieron y lo hacen nuestros pueblos originarios, considerándolos sagrados y de una vez por todas hacernos de la verdadera cultura del árbol el árbol es un bien público, colectivo y social
La vena N° 54 – octubre de 2012
Teresita Capezzone Fundación Cullunche – Delegación Maipú