Dedicado a los pioneros de Bioferia Mendoza, protagonistas del consumo y la producción agroecológica
El agradecer es una virtud humana, y en el agradecer se reavivan los recuerdos que propician el encuentro de tiempos y personas; el agradecer potencia en energía impulsora de propósitos y objetivos, que así trascienden de generación en generación, legando el espíritu y saberes de los de antes a los de después. Así fue en las tradiciones y culturas antiguas.
Aprovechando este pensamiento, creo oportuno nombrar y sostener el recuerdo de los que, con su saber y aporte, fueron pioneros en alimentar el desarrollo de la agroecología en Mendoza.

Impulsado desde el consumo (como eje de todo el movimiento) hasta el logro final, que es la agroecología como nuevo modelo de producción y de vida saludable.
Aquí, en esto, se reunieron los sectores más relevantes que lo avisoraron primero, por trabajar desde la medicina alternativa. Ellos fueron los primeros educadores y el disparador del movimiento desde la búsqueda de la salud, después se encadenó el resto.
Los profesionales que trabajaron desde un inicio: Los doctores Abelardo Gatica Baudo, Nestor Almagro, Patricia Giner, Héctor Mateo, Norma Martínez, Margarita Zonino; los naturópatas Atilio Spezza, José Robles y Ricardo Abbat; Silvia Capo de Marini, quien editó el primer recetario vegetariano. Desde la producción, el profesor Hugo Riquelme, entomólogo, dio todo el saber a los agricultores interesados. Y también fue muy valioso el primer restaurante vegetariano, Línea Verde, donde era el punto de encuentro de todos los involucrados. Allí, Jorge y su hermano Raúl Degen, propiciaron el crecer y expansión de saberes e inquietudes.

Desde el consumo muchos se comprometieron, y fue la familia entera la que disfrutó de los productos que ya se obtenían. Pioneros, por nombrar solo los que recuerdo: Carlos Bloise y Elba Ingrassia, Ester Mostaccio, su hija Graciela y su hijo con sus respectivas familias, Graciela Filosa, Elena Moreno, Doña Caty, Mario Siccardi… y busco en mis recuerdos y fueron muchos, muchos que se fueron con el tiempo, pero los que nombro aún siguen acompañándonos en Bioferia Mendoza.

Hubo muchos intentos productivos, con proyectos que no perduraron. La primera distribución a muy pequeña escala, solo para enfermos, la hizo José Robles. Él cultivaba su pequeña finca y entregaba como medicina sus cosechas de frutas, hierbas y hortalizas. Su ejemplo fue impulso para que la familia Pereyra decidiera iniciar la primera distribución a domicilio. Aún sin tierra propia, motivaron a otros a cambiar y así hubo productos que llegaron desde Tunuyán, de las primeras agricultoras que se animaron a asumir el cambio, aprendiendo y aplicando la agroecología en su tierra antes agrotóxica. Laura y Dolores Perez producían de todo y surtían la distribución de la familia Pereyra.

Desde estas dos mujeres surgió mucha experiencia y expansión del movimiento, enviando hasta a Buenos Aires sus productos.
Fueron aquellas personas pioneras, educadoras, terapeutas y consumidoras, que con su ejemplo de vida, demostraron que se puede, que el cambio es posible. Ellos abrieron caminos y tendieron puentes; gestionaron la expansión, desde la integración, los encuentros, reuniones y proyectos, con el objetivo común, que los unió y les permitió sembrar la semilla.
Muchos pasaron y se fueron, y muchos persistieron (y aún hoy nos acompañan) y entre estos tengo la suerte de estar con toda mi familia y ser parte de Bioferia Mendoza. También Jorge Degen y su familia, Rubén Pagliafora y familia, Dany Calderón y familia. Siento profundo agradecimiento a todos los que cimentaron este andar, pero atesoro muy especialmente, a tres mujeres que sembraron en este camino.
Un recuerdo muy especial para mis hermanas, Laura y Dolores Perez y para Elba Ingrassia, mi amiga del alma. ¡Gracias!

También a José Rosales, Ricardo Abbat y Atilio Spezza que partieron dejándonos su legado, como fértil semilla, que hoy ha germinado en los muchos emprendimientos productivos agroecológicos y en los consumidores que aún son sostén y motor de Bioferia Mendoza.
Este relato intenta que la memoria mantenga vivo el recuerdo, que siempre nos guíe en la certeza de que podemos; ¡se puede! ¡Sí, se puede!
Y a la vez, transmitir a los nuevos grupos los valores que ellos compartieron y que fue la energía multiplicadora, energía que mantiene viva esta historia de valientes, y que merecía ser contada.
*Ana Pérez es una de las fundadoras de Bioferia Mendoza y actual feriante.

Todos los sábados (de 9 a 15hs) en el predio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo) funciona Bioferia Mendoza. Estos son los medios de contacto.
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Para finalizar, un breve documental de Bioferia Mendoza, cuando ya llevaba siete años funcionando.