Si la imponente montaña invita a un recorrido sin precedente, entonces es hora de comenzar un trazado épico a través del tiempo. Y si en algún momento del día el mismo pareciera detenerse, respira profundo, eleva tu mente y sin más demoras comienza a sentir el desprendido arrullo del río Tunuyán y sus retoños. Este recorrido realice hoy, viernes 4 de febrero de 2022.
Incontables pinceladas de extraordinarios y límpidos colores, matizan además un camino colmado de historia que habla de gestas de valentía y honor, entre hombres de buena voluntad y sueños de libertad. Así recibe “EL MANZANO HISTÓRICO” al turista y al expeditivo, toda vez que declarado reserva natural en 1994, luego la misma se extiende hacia todo el departamento y éste actualiza su nombre por “MANZANO- PORTILLO DE PIUQUENES” Ley 8.400 para quienes llegan por primera vez y emprenden expectantes el recorrido por la reserva al pie de la cordillera.
Majestuosas montañas trasandinas, con una flora autóctona y fauna en armonioso equilibrio, que a las aspiraciones de quienes las visitan superan ampliamente una semejanza remota siquiera pensada desde otras geografías. Allí personajes como YAGUA ambientalista, defensor incansable de las nieves eternas, junto a su familia y sus pares, acompañan en la travesía, recorren y rememoran el paso a Chile, hoy de acaballo con pericia de lugareños.
Homenaje y tributo, que a la conquista de los sones, las notas, y los sabores, desde 1972 Armando Mestre, Alfredo Balladares, Nene Aveiro y Coco Videla entre otros, soñaron ya por aquel entonces un “Primer Festival Nacional de la Tonada”. Así año tras año fue creciendo también como escenario al mundo componiendo en prestancia y en un despliegue que acompañan la vida misma de Tunuyán (tullu ñan,camino de hueso), desde el paraje y lugar de reposo tras la gesta sanmartiniana.
Y es que cautiva el susurro del viento, como al cansancio el necesario refrigerio; y así las laboriosas manos artesanas de la región, desplegando un abanico de sabores, y bondades regadas por sus diferentes variedades de vinos, acompañan la degustación como corolario de una cultura que renueva sus fechas al turista, y que como en una caricia al alma, busca un viaje que motive todos sus sentidos por los azares del tiempo.