UN DÍA EN GRAL. ALVEAR

GENTE PREOCUPADA POR EL AMBIENTE SANO

Estar en un lugar tan bello como Alvear, es casi un regalo que debemos hacernos de tanto en tanto. Se pueden apreciar diferentes lugares y sobradas razones para vivir allí. Visite ese lugar el 15 de octubre. Para llegar, tenes que hacer 282 km, desde la ciudad de Mendoza.

Si no se conoce mucho la cita obligada es el observatorio turístico, ubicado en pleno centro. Y si te atienden personas como Silvia, que conoce casi todos los rincones del departamento, mejor. Allí nos dio una pormenorizada explicación sobre los atractivos turísticos del departamento;  como así también los lugares para comer y divertirse.

BODEGA FARAÓN

Cerca del medio día estuvimos en el Multiespacio de la bodega Faraón ; declarado desde el año 2006, patrimonio cultural. Los anfitriones de grata atención :Federico y Gaby. Un lugar imperdible de conocer. No solo por su arquitectura.

La ex Bodega Faraón representa es una tradición de la industria vitivinícola, del sur. La situación está expresada, tanto en las cubas cónicas y los gigantescos fermentadores continuos de hormigón, que todavía pueden verse en el lugar, sino también en su original diseño, inspirado en la evolución de la vinificación — o sea, el proceso de transformar la uva en vino.

La figura del faraón adquiere una gran significación:”…detrás de  la figura alberga un friso de 3 metros de altura en piedra; allí está contada una historia acerca de cómo los egipcios ofrendaban el vino a los faraones. El bautismo se realizó en el año 1952 cuando Víctor Cremaschi (el hijo del fundador) la bautizó como Faraón, porque quería que una figura destacada representara la bodega. Él era amigo de dos estudiantes de arte: Mariano Pagés (escultor) y Carlos Alonso (pintor). A Pagés le pagó un viaje a Egipto para que tomara las medidas y formas de Ramsés II y lo construyera tal cual está hoy. Solo que el rostro del faraón es la cara de Don Víctor a los 52 años. El notable, Alonso fue quien pintó los murales”, nos relataron los guías Gaby y Federico.

El SINDICATO DOCENTE 

Nuestra primer parada fue el  SUTE, donde fuimos recibidos de la mejor manera, a través de su Secretario General, Javier Vignolo, quien nos decía: “Este es un lugar de puertas abiertas, un lugar de encuentro de múltiples actividades de la cultura, con una agenda de acciones académicas, espirituales, sindicales, artísticas,  y demás expresiones; sin dejar de lado la preocupación principal que son la dedicación por la formación de la niñez en las mejores condiciones, la educación pública y los por derechos docentes”, nos señaló.

Allí transitamos sus cómodas instalaciones y quedamos de acuerdo en fecha próxima de llevar acabo un taller, denominado: Ecopedagogía una mirada de la educación popular.

 RESERVA NATURAL LAGUNA EL TRAPAL

En horas de la tarde, nos llegamos a este hermoso lugar. Nos enteramos que abarca 45 hectáreas de campo con vegetación autóctona y lagunas formadas por recodos del río Atuel. Los humedales, que posee favorecen el desarrollo de la vida silvestre.

Por otra parte, se observan médanos con restos arqueológicos; y una gran riqueza en flora y fauna que invitan a las fotografías y al avistaje de aves: Constituye un circuito obligado para los turistas, tanto por sus paisajes como por su diversidad biológica.

CARMENSA

A 45 km del casco céntrico, en este pueblo,  se encuentra el museo de ciencias naturales, Rafael Reynoso. En la provincia es el sexto Museo incluido en este registro nacional de museos. Es un espacio dedicado a enseñar sobre la fauna y flora local. Consta de más de 200 especímenes embalsamados con técnica de taxidermia, entre los cuales se encuentran variedades de insectos como también mamíferos, aves y reptiles. En su recorrido se observa la cartelería que aclara nombres científicos y Código QR para que se  pueda vivenciar una excelente clase de botánica, biología que atrapa a estudiantes y turistas en general.

RAFAEL REYNOSO

Cayendo la tarde, cerca de las 19hs. nos dirigimos a la casa de este investigador incansable de la cultura del departamento; sobre todo en flora, fauna y artesanías. Nos atendió en su domicilio, tomando una taza de leche. Rápidamente nos comenzó a contar: “El tomillo, el chinchille de la sierra, la salvia mora, son plantas conocidas que se dicen silvestres, pero no lo son tan así. Sirven para varios remedios. También comen esas plantas, para alimentarse, el piche, un animalito de la zona. El pájaro bobo es para bajar el ácido úrico. La jarilla es buena para la garganta, el resfrío, y se pueden dar baños para los machucones. Lo llamativo es que a estas plantas, no las come ningún ganado. Por la sencilla razón que tienen mucho iodo y mucha resina. Me di cuenta observando, el comportamiento de los animales”, expresa con satisfacción, don Reynoso.

“Para el empacho, la yerba de pollo; la salvia mora, para la circulación de la sangre. El molle se da tanto en el llano como en la sierra;  en lugar de la mostaza, se hace un baño de vapor y mejora la circulación de la sangre. La cáscara del chañar es para la gripe; se hace brasa del algarrobo, se tosta, luego hay que acostarse, traspirar y se mejora”, expresó, don Rafael.

Rafael Reynoso ( Foto gentileza, alveardiario.com)

En otro momento de la entrevista, le pregunté: Qué le diría a esa gente que no respeta el ambiente, que utiliza el fracking, la megaminería para sacar recursos naturales de la peor manera? “Yo les diría que están echando a perder todo, se pierden cosas, se contamina el agua; se pierden todo, por ejemplo, no se ven ya los insectos necesarios, no hay mariposas. Le decía al intendente, si usted tuviera que hacer  este museo no le alcanza ni con 20.000.000 millones, porque no hay animales, se está perdiendo todo, por las cosas que tiran (agroquímicos) Hoy no veo, no se… un coyote…no se siente cantar la chicharra, la cigarra tampoco, el colluyo tampoco, hace unos años hacia un poco de  calor y se escuchaba. Si seguimos así, como es el dicho, también nos vamos a perder nosotros”, decía con mucha pena, don  Reynoso.

Ya finalizando la charla le preguntamos cómo fue armando su museo. Y esto don decía:“ Antes la gente salía a traer animales, por ejemplo una vizcacha, un choique y lo traían, como yo sabía embalsamar, me decían, tome se lo regalamos para el museo. Y así lo fui armando. Yo no casaba. Yo observaba, por ejemplo de noche, un puma, un jabalí, solo para ver que hacían, como se movían, como cazaban ellos”, concluyó.

Y así transcurrió nuestro día en Alvear. Pura naturaleza, puro conocimiento. Prometemos volver, como dice un poema  de Oscar Casco: “Tierra mía, mi tierra con olor a vendimias, sabor del fruto dulce y del agua que bebo; el día que tu entraña me recoja y me absorba, te habré devuelto sólo, todo lo que te debo”.

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