Venciendo flagelos

Recordamos el artículo editorial que salió en la edición papel de La Vena, número 61.

Hay recientes hechos sociales que conmocionan a nuestra sociedad, como los femicidios, la reducción de la pena a un hombre condenado por abuso sexual a un niño de niño de 6 años; realidades por cierto aberrantes. También podemos mencionar en esa misma línea, a los chicos que se suicidaron en Las Heras en torno al “juego de la copa”, el aumento del consumo de drogas, la inseguridad de los ciudadanos, entre otros.
Frente a estas situaciones, surgen explicaciones que buscan encontrar respuestas y que nos devuelvan un poco la razonabilidad para rebelarnos; darnos cuenta que pertenecemos a una condición humana que todavía se indigna. Que busca refutaciones negándose a naturalizar estos sucesos, a vivir anestesiados y complacientes.
Ahora bien, se pueden tomar estos hechos como cuestiones aisladas sin relación de unos con otros o plantearse que sí, hay causas comunes que podrían dar una mejor comprensión y obviamente una solución más integral a estos problemas. Evidentemente hay un escenario de violencia social; por ejemplo un político corrupto, jueces que fallan contra el más débil y la desigualdad en la distribución de bienes, son cuestiones que irritan y promueven en los ciudadanos reacciones.
Por otra parte, padres que dicen “no sé qué hacer con mis hijos “, dejando en el abandono moral y social a miles de jóvenes sin timón; la comunicación agresiva entre miembros de una familia, motiva conductas que se reproducen en distintos ámbitos.
Podríamos continuar enumerando hechos, pero lo cierto es que si queremos revertir esta realidad debemos comprender que no es cuestión de solo culpar al gobierno de turno, sino principalmente utilizar el poder de la educación, la organización ciudadana, la movilización, el petitorio, las campañas de concientización, y las reuniones como la del próximo 3 de junio, contra el femicidio. De esta forma avanzaremos para erradicar las causas que generan los grandes flagelos de la sociedad.
Solo con más educación y cultura vamos a revertir la cuesta de violencia social y familiar, mejorando la calidad de vida y siendo parte de una sociedad que merezca ser vivida plenamente por todos.

Revista La Vena

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